Especialización de la
administración que se dedica a "aquel conjunto de actividades y medios
necesarios para una correcta utilización de los espacios del deporte, con la
meta de permitir a los usuarios el desarrollo de sus actividades en las mejores
condiciones posibles, adoptando las medidas recomendables con criterios de
economía, entendiendo esta última palabra en el sentido más complejo del término:
es decir, empleo racional de los recursos disponibles para obtener máximos
resultados" (Andes, 2000).
Se observa que no se aparta
en nada del significado común de administrar, pero en el país la concepción de
administración deportiva es limitada y se confunde con la ejecución de
presupuestos o simplemente con la consecución de objetivos netamente deportivos.
Funciones de la
Administración Deportiva
La administración deportiva
procura siempre el máximo aprovechamiento de los recursos, mediante su
utilización eficiente. Las principales funciones de la administración se
engloban en planificación, organización, dirección y control.
Durante la planificación se
decide anticipadamente qué, quién, cómo, cuándo y por qué se hará el proyecto.
Las tareas más importantes de la planeación son determinar el status actual de
la organización, pronosticar a futuro, determinar los recursos que se
necesitarán, revisar y ajustar el plan de acuerdo con los resultados de control
y coordinar durante todo el proceso de planeación.
La organización realiza
actividades en grupo, de asignación y asesoramiento, y proporciona la autoridad
necesaria para llevar a cabo las actividades.
Dentro de esta etapa se
identifica, define y divide el trabajo a realizar, se agrupan y definen los
puestos, se proporcionan los recursos necesarios y se asignan los grados de
autoridad.
El siguiente paso es la
dirección, la cual sirve para conducir el comportamiento humano hacia las metas
establecidas.
Aquí se comunican y explican
los objetivos a los subordinados, se asignan estándares, se entrena y guía a
los subordinados para llegar a los estándares requeridos, se recompensa el
rendimiento y se mantiene un ambiente motivacional.
Por último se encuentra el
control, que se encarga de medir el rendimiento obtenido en relación a las
metas fijadas. En caso de haber desviaciones, se determinan las causas y se
corrige lo que sea necesario